Ensayo: “Educación como práctica de la Libertad” y “Cartas a quién pretende enseñar” de Paulo Freire.
Introducción
Los trabajos de Paulo Freire, invitan a pensar siendo imposible no verse afectado por sus reflexiones, el siguiente ensayo a partir de dos textos “Educación como práctica de la Libertad” y “Cartas a quién pretende enseñar”, intenta delinear acuerdos y desacuerdos con el autor, relacionándolo con los fines de la educación, la persona del educador – educando y la educación secundaria 2011.
Desarrollo
Freire define al hombre como un ser integrado, arraigado o anclado a su contexto, con él; donde se traban relaciones diversas. A partir de esas relaciones del hombre con la realidad, se va dinamizando su mundo. Va dominando la realidad, se la va humaniza y temporalizando, haciendo cultura. La humanización del hombre se realiza a través de la cultura. Cuando el hombre tiene libertad, tiene el derecho a discutir, reflexionar sobre sí mismo, sobre su tiempo, toma responsabilidad tanto social como política y participa en el contexto que le toca desarrollarse.
El hombre cuando es consciente de que es parte de la historia, puede analizar, criticar, pudiendo desarrollar su capacidad creadora, al recrear y toma decisiones al respecto. Cuanto menos crítica hay en nosotros, tanto más ingenuamente tratamos los problemas y discutimos superficialmente los asuntos, cuanto más crítico un grupo humano, se comporta de modo más democrático y permeable. Tanto más democrático cuanto más ligado a las condiciones de su circunstancia. Es el pasaje de la transitividad ingenua a una transitividad crítica, ampliando y profundizando la capacidad de captar los desafíos del tiempo, colocando al hombre en condiciones de resistir a los poderes de la emocionalidad de la propia transición.
El proceso de concienciación, es clave, para despertar y generar el sentido de ser un individuo que debe comprometerse ya que es parte de la realidad y que puede actuar con ella y sobre ella a través de la participación, ganando más injerencia en su destino.
Feire trabajó en la alfabetización de adultos. Sin lugar a dudas, trabajar con adultos no es lo mismo que hacerlo con adolescentes, los primeros, manifiestan compromiso, interés, perseverancia, y valoran las puertas que abre la educación. Para los segundos, si bien es obligatoria, solo significa lograr – te den- un papel que diga que te recibiste, aunque se haya adquirido poco o nada en el proceso que requiere de fuerzo, dedicación, entre otros. No son conscientes, como hombres de estar en y con la realidad y de escribir la historia en cada paso y por lo tanto que se puede accionar sobre ella.
Cuento una experiencia que me sucedió durante la comisión evaluadora de febrero de 2011, propuse ejercicios a realizar y media hora después, observo que un alumno está mirando el techo, entonces pido que se acerque para poder ver su trabajo y conversar al respecto. Por supuesto no había escrito más que las consignas. Al ver esto le pregunto, ¿Por qué? ¿Qué pasó? La respuesta fue no estudié. A lo que le pregunte ¿Qué nota debería ponerle un profesor por su trabajo? Se quedó pensando por unos segundos y contestó. Un cuatro. ¿Por qué, un cuatro? Le dije. El respondió, porque a usted le pagan por este trabajo y no importa si estudiamos o no.
La educación no es vista como una forma de desarrollar capacidades, aprender y adquirir saberes que permitan comprender mejor el entorno, con el fin de analizar y dar respuestas más racionales y menos ingenuas. Pero lo más sorprendente es, como el alumno, dejaba de ser una persona para convertirse en un objeto, una cosa, a la cual se la debía aprobar, porque se prestó un servicio que tiene un precio y se pagaba por este.
El ocioso, la falta de interés, compromiso, o el valorar tan poco la vida, están ganando. Freire diría, que es fundamental desarrollar la comprensión crítica, a través del concepto de cultura al distinguir entre el mundo de la naturaleza y el de la cultura y el papel activo del hombre en y con su realidad. La concienciación parece la clave, para lograr la educación. Pero ¿cómo lograr esto con los alumnos de secundaria, en materias del área de ciencias exactas? Si bien es cierto que relacionarlas con lo cotidiano es el anclaje, pero también hay que buscar la vuelta para despertar a los alumnos en cuanto a la dominar la realidad y no dejar que esta te domine. Aunque algunas actividades parecen o se inician de forma prometedora, cuando se plantea un proceso de análisis, elaboración y posterior aplicación, desde un método científico, la propuesta se pierde, ya no es interesante, no se hace ni el menor esfuerzo por esbozar algo.
Quién pretende enseñar, como Freire señala, se encuentra con que hay actividades o tareas a realizar pero se las debe hacer en casa, como si esto no fuera parte del trabajo. Es cierto que algunas reflexiones son individuales pero los docentes debemos generar más espacios donde se discutan, critiquen, analicen, reelaboren, las realidades de nuestro alumnado y las nuestras, como forma democrática de proceder ante las actuales inquietudes de los adolescentes y adultos.
La educación debería proveer herramientas para poder discutir los problemas, mediante el análisis, elaboración y reelaboración para proponer diversas alternativas de acción.
La educación debería fomentar el dialogo como forma de comunicación.
Conclusión
Hay que educar al hombre para que la realidad no lo domine. Por ello es fundamental formar hombres libres, que estén integrados a su contexto. Con una conciencia crítica que permita dialogar con él otro, respetar opiniones, investigar a través de métodos científicos, y buscar alternativas frente a los desafíos que se presentan. Los docentes deberíamos insistir en concebir espacios para dialogar, con nuestros alumnos y con nuestros pares.
Laura Vazquez
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